lunes, 23 de diciembre de 2013

Santiago Castillo: “Mi sueño es hacer música, así que se hace realidad cada día”

Santiago Castillo, artista procedente de Maldonado, Uruguay, tuvo claro desde niño cual quería que fuera su camino en la vida, la música.  Siempre le atrajeron los instrumentos y lo espectáculos, los discos y conciertos, que se encargaron de marcarle el rumbo.  Vino a Barcelona el 2004, desde entonces es socio del AMUC,  uno de los socios más antiguos que sigue en activo y toca exclusivamente canciones propias. 


Asistió a clases desde pequeño donde un par de profesores le dieron la base en el teclado, luego continuó investigando, como autodidacta, tanto teoría musical como tecnología aplicada a la música; además afirma que “la interacción musical con otros músicos y lo que te pueden transmitir también es una gran escuela”, así como escuchar música, ya que ayuda a conocer todas las posibilidades sonoras, recursos y estilos para poder encontrar los tuyos propios y formar con el tiempo el sonido que te represente.  Dice que cada vez le importa menos el virtuosismo y más la personalidad, el distinguirse del resto. 

Santiago siempre ha tenido el apoyo de su familia, pues desde los juegos de niños, los grupos de la adolescencia y su continua dedicación, la música ha persistido como una pasión definitiva; “siempre estuvo claro que hacer música es lo que más disfruto de la vida”.  Pero esto  no es lo único en la vida de Santiago, estuvo muchos años como docente en educación secundaria, le interesa el arte, la plástica y el diseño, y más que nada los escenarios: teatro y danza; trabajó como técnico de sonido y actualmente graba y hace producción artística en su propio estudio. 

En estos momentos, Santiago está presentando su nuevo disco junto con el catalán Miquel Simó, en batería, y el argentino Marcelo Acosta, en el bajo. Él mismo compone las canciones y hace las maquetas en su estudio, dejando las puertas abiertas a algunos arreglos que crean convenientes los otros componentes del grupo en función de cada canción. Para los conciertos llevan mucho equipamiento por lo que lo han tenido que adaptarlos cuando van al metro utilizando materiales reciclados que “os sorprendería como suenan”.  

Santiago afirma: “mi sueño es hacer música, así que se hace realidad cada día”, pero como en todo, siempre se puede seguir creciendo, llegar a más gente y permitirse trabajar en otro nivel de producción, por ello aprovechan cada oportunidad de tocar y difundir su trabajo. Venden discos tanto en conciertos como en Internet: “Son hermosos esos encuentros mágicos de gente reconociéndose en una música”. (www.santiagocastillo.es)

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Agustín Salvatierra: “Algún día El Observador y Agustín serán uno solo”

Agustín es un músico procedente del sur del continente Americano, concretamente de Buenos Aires.  Su interés por la música se despertó algo más tarde que el de los músicos con los que habíamos hablado, a los 32 años, siguiendo a referentes como Alejandro Megias, Manuel Megias, Ruben H., Fernando Doy, Hugo Sales y Stanis Vojthejokvsky entre otros.  Es autodidacta absolutamente, poco a poco ha ido puliendo diferentes aspectos hasta conseguir la buena música que le caracteriza y que se puede escuchar en su web: http://grooveshark.com/#!/album/Ocaso+Nacimiento+Desarrollo/8390591




Al llegar a Barcelona conoció a la asociación de músicos AMUC, que define como la experiencia viva más interesante que ha visto en su vida: “Con sus luces y sus sombras, expresada a través de las luces y las sombras de los seres humanos que la componen ha tenido la capacidad de crear valor en sus diferentes etapas para que se siga desarrollando la actividad de hacer música en el metro y a partir de ello otras actividades como el Ciclo por los Centros Cívicos”.  No olvida los rituales previos a los conciertos con la Banda Mutante, en los que los protagonistas eran las cosquillas y las bromas entre los músicos. 

Agustín a creado un personaje, un personaje que es él mismo visto desde fuera; El Observador 73. Esto le permite conocerse mejor, tener una mirada más creativa de la realidad que busca escindirse de la normalidad aburrida y cobarde que nos limita; “algún día El Observador y Agustín serán uno solo”. Su sueño se encuentra el en proceso, el proceso es hacerlo y transitarlo es el sueño. 

Este músico escribe sus canciones plasmando las emociones de la vida cotidiana, normalmente angustiantes, que no podría encontrar otra forma de expresarlas si no fuera una canción; a partir de ahí surge la armonía y la letra.  
Para acabar, Agustín nos regala un fragmento escrito por él mismo, o mejor,  por el Observador 73; “Por el túnel del metro”: 
Por el túnel del metro yo veo la vida pasar cómo un juego del tiempo, gente que viene y que va. Postal humana del ser que entre las crisis de hoy se dispone a existir, pasa Caín, pasa Juan, que hoy decidió a apostar negro y rojo en el amor. El chino y su guitarra persiguen quimeras. El chelo de Oleg que perdió la razón en un campo helado allá en la gran Siberia, loco. Y ahí vas vos, quién sos que esperas. Lo vas a intentar o vas a hacer lo que te dicen que hay que ser y parecer. En la parada 16, en el Clot en Verdaguer, te alientan y te desaíran, un escenario total, público artista, todos al mismo nivel. En Plaza Sants, en el puesto 10, en el Passeig en Poble sec tintinean gruesas monedas. Quién quiera oír, ahí está. Y en los pasillos, acordes de todo el mundo, Nahuel hace un cante de inconclusas razas. Mi amigo el rumano me enseña la del clan, otra forma de estudiar. Hoy hace frio, la gente no vive, y yo transito con vos con estas fuertes raíces que me han dado, que me atan, que me llevan junto a vos ¿Quién sos que esperas? Por el túnel del metro yo veo la vida pasar, toda esa gente que va pasa el incrédulo de que hoy no podrá creer en mí, y tal vez mañana cante esta canción.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

Icar Toset: “ Para vivir de la música tienes que tener diferentes cosas en marcha de diversas naturalezas”

Icar Toset es un catalán, natural de Sant Cugat del Vallés,  de 34 años.  A los 13 empezó a sentir interés por la guitarra, su padre tenía mucha y muy buena música  que fue captando su atención. Además Icar tenía muchos amigos que se dedicaban a la música, a quienes admiraba e idealizaba. 



Se formó con ayuda de algún que otro profesor, pero él solo ha ido creciendo más y más como guitarrista y músico, siguiendo los pasos de sus referentes, como lo son Pat Metheny, los cantautores Jorge Dexler y Marcio Faraco, y el violoncelista Yoyo-Ma.  Icar comparte esta pasión con otro hobbies, como jugar al ajedrez, nadar al mar y caminar, sobretodo desde que vive en Menorca.

Tocó con AMUC hace unos años cuando estuvo como invitado,  pero dice que tocar en el metro no es muy inspirador para él,  prefiere actuar en bares, restaurantes, clubes, fiestas privadas, bodas…: “Estoy con diferentes proyectos musicales y cada uno en un sitio diferente, para vivir de la música tienes que tener diferentes cosas en marcha de diversas naturalezas”.  Toca en solitario o en grupo, y ahora está en un coro de Góspel en Menorca con una cantante de Sant Cugat, su trio de jazz y diversos músicos que pasan por la illa. 

Este guitarrista guarda en su memoria una divertida anécdota de una de sus actuaciones. Dice que siempre lleva un cuidadoso inventario de todo el material que necesita, pero en uno de sus bolos, se centro tanto en los complementos que se olvidó de lo más importante: ¡su guitarra!

Icar agradece a la vida lo que le ha dado, tanto en el ámbito personal como profesional: “Lo que quiero es que nunca deje de crecer y de sorprenderle con la música”

sábado, 7 de diciembre de 2013

Alejandro Megías: “Me gusta tocar en la calle y en bares pequeños”

Alejandro Megías es un argentino de 44 años inmerso en el mundo de la música desde que nació. Su madre y su abuela son profesoras de piano y, su padre, actor y gran oyente de música; creció escuchando a Dylan, Floyd, Beatles, Belafonte, Oldfield, Serrat, Simone, Bunbury, Sabina y Di Bari entre otros.

Dice que se “mal formó” sólo, cosa que no recomienda. Toca la guitarra cada vez más aceptable por su oído y su familia le apoya y hace todo lo posible para su “no famosa” y dilatada carrera de cuentautor, como él mismo se denomina. Actúa casi siempre  solo, pero prefiere estar acompañado aunque sea más complicado y laborioso. 



Alejandro es el socio número 186 de AMUC y los conoció gracias a la misma chica que le trajo a España. También es escritor con varios libros publicados y un buen pizzero que canta y que va rotando sus dones para no aburrirse.  Sus canciones  están en myspace.com/alejandromegias

La primera vez que tocó en Barcelona fue cuando consiguió el carnet del AMUC y, la primera vez que compartió escenario con algunos de ellos, fue cuando los músicos más antiguos invitaban a uno de los nuevos; a él le eligió su cantautor favorito, Santiago Castillo. En octubre del 2010 tuvo que volver a Buenos Aires, así que fue la última vez que pudo tocar en la Ciudad Condal: “le di mi correo a una chica con ojos azules y ella meses después me escribió cuando encontró el papel en la lavadora, llevamos tres años hablando con el detalle de que yo no recuerdo su cara y ella se niega a mandarme una foto”.  Ahora está de paso por Florencia y a días de volver a instalarse en Barcelona, salvo milagros diversos que cuenta que le ocurren en su vida y que casi siempre le llevan de viaje a ninguna parte.




Javier Woolfi: “Tocar en el metro es la experiencia más fuerte y brutal que pueda sentir un músico”

Javier Woolfi Alonso Artieda, un músico independiente de Barcelona, sorprende con su repuesta a la entrevista formulada con un “a algunas de estas preguntas no les he encontrado respuesta todavía”, y es que siente la música con tanta fuerza que no llega a entender cómo es eso posible. Para él actuar en el metro es una experiencia única, dice que es tener que tocar a un público que casi no existe, tocar para ver como arrancas una sonrisa a un rostro triste, tocar para sentir como los niños te sienten y  expresan con tu música “lo que los adultos ya no recuerdan”, tocar sin pedir nada a cambio, si te valoran, te lo compensan, tocar solamente para ser feliz pensando en que puedes hacer más alegre la banda sonora de nuestro día a día. “Y en estas arterias de esta ciudad donde la mayoría de nosotros pasamos a diario, ser músico del metro es algo que puede hacer que piense que soy un ser afortunado;  creo que ahora entenderás el porqué de las preguntas sin respuesta”. 






martes, 3 de diciembre de 2013

Chiky Tafur: “Las necesidades primarias traspasan las barreras del arte”

Chiky Tafur, conocido formalmente por Edinson Torres Tafur, es un peruano de 40 años que se define como “un paria que sobrevive donde sea”.   Estudió sociología e hizo varios talleres de cine documental en su país; aquí trabaja en un bar compaginándolo con su pasión por este arte.



Hace un año decidió rodar un cortometraje documental sobre los músicos del subsuelo a raíz de “Bluesman”, un ingeniero agrónomo con el que compartió universidad y que ahora toca en el metro; ambos tienen afición por el cine y la música.  Él fue quien le presentó AMUC, le llevaba a las reuniones que se realizan cada 15 días y, así, le permitió conocer al resto de los miembros.  Piensa que es una buena organización, con estructura sindical, que les ofrece orden y seriedad en el trabajo: “En Madrid, por ejemplo, no existen asociaciones de este tipo y la rivalidad se evidencia a la hora de ocupar los diferentes sectores del metro”. 

En el documental se dedicará a seguir a su amigo analizando también la realidad social de todos los músicos; asegura que hay muchas historias que le han impactado pero que “por ética no puedo revelar”.  La grabación la ha realizado solo, cámara en mano, con un sonido externo básico y sin ningún tipo de iluminación adicional. “A veces me olvidaba de que estaba grabando y me tomaba una lata mientras me dejaba llevar por su música”, una vez termine el proceso de edición, se distribuirá por todas las redes sociales.  Se puede ver un adelanto en el link:  http://www.youtube.com/watch?v=tYwJfQgqHlY

Chiky piensa que el hecho de que cada año se presente más gente a las pruebas del AMUC es signo de que el placer y la pasión por la música se están perdiendo, y son las necesidades primarias las que traspasan las barreras del arte; “los pasadizos del metro podrían ser un alivio”.



lunes, 25 de noviembre de 2013

Xavi Túrnez: “En el metro cada dia pasan anécdotas, tanto negativas como positivas”

Xavi Túrnez es un guitarrista catalán, también asociado al AMUC, de 49 años.  Descubrió esta asociación en el 2009 cuando buscaba la manera de tocar legalmente en el metro, donde actúa desde entonces.  Piensa que es un buen proyecto porque aporta a sus miembros información, protección y la oportunidad de contactar con el resto de músicos, algo que valoran mucho a nivel personal y musical. 




Este músico se ha formado solo desde los 15 años, su interés por la música despertó a raíz de los sentimientos que le producían las canciones de los Beatles. Le gusta tocar en el metro y los cafés, aunque dice que prefiere en un teatro por temas de acústica y comodidad. “En el metro cada día pasan anécdotas, tanto negativas como positivas, desde el borracho que te quiere quitar el micro para cantar él, hasta un niño que no quiere seguir caminando porque se queda absorto en tu música, y la madre ha de bailar con él hasta que acaba la canción” 

Xavi es uno de los artistas que estaban expuestos en la pasada exposición “En un mòn anònim…” donde se mostraba su historia y recorrido en esta asociación.  



jueves, 21 de noviembre de 2013

La exposición “En un món anònim...” cerró ayer sus puertas

“La ciutat, un espai on tot es mou en múltiples direccions, on la contínua recerca dels seus ciutadans es veu immersa en el centrifugat de la vida, guarda petits oasis que, des de que la humanitat té memòria, deixen anar la imaginació i fan del món un indret més pur, més creatiu. Entre tota la pol•lució, el frenètic ritme de vida i la contaminació acústica afloren discretament melodies i ritmes que entreguen un fragment d'art a tots aquells que viuen immersos en aquest continu vaivé; i només a canvi d'unes poques monedes. “En un món anònim...” és una exposició fotogràfica realitzada per estudiants de Belles Arts de la Universitat de Barcelona que volen retratar, des de diferents punts de vista la vida d'aquells que treballen submergits en un mar de cares desconegudes , d'aquells que viuen en un món anònim, d'aquells que no abandonen cap oportunitat de demostrar que existeixen altres maneres d'entendre la vida: ELS MÚSICS DEL METRO”

Con estas palabras acogían a los curiosos que tuvieron la oportunidad de acercarse al Centro cívico Casa Orlandai, en Sarrià, desde el pasado 15 de octubre hasta ayer, día 30. La exposición mostraba la variedad de músicos en cuanto a estilos y etnias a través de fotografías y pequeñas biografías de cada uno de ellos. 

Es otra de las iniciativas de AMUC junto a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB),  que tiene como objetivo promocionar cualquier manifestación artística, así como establecer vínculos con los ciudadanos y las asociaciones culturales de Barcelona y del área metropolitana para aproximar la cultura a la sociedad i enriquecer su experiencia de viaje con transporte público. 







lunes, 18 de noviembre de 2013

Carlos Edo: “La música forma parte de mi día a día”

Carlos Edo Goterris es una joven promesa de 20 años con una gran experiencia en la música, este vilarrealense tiene claro cuáles son sus metas en la vida.

                       Fotografías cedidas por Carlos Edo


Empezó a formarse a los cuatro años en el conservatorio de su ciudad, a partir de ahí, no se ha separado del mundo de la música. Acabó el grado profesional de guitarra hace dos años y ahora se sigue formando junto al maestro Manuel Babiloni, imparte clases en una academia de Castellón, Taller 3, y forma parte de una discografía en la que acompaña a diferentes artistas durante sus conciertos. Todo esto compaginándolo con el estudio de un grado de ingeniería mecánica en la universidad Jaume I.

A Carlos le gusta todo tipo de música, desde el rap hasta el flamenco, exceptuando algún estilo como el hardcore y la música electrónica; cuenta que le acompaña en toda su rutina, desde que se levanta hasta que se acuesta: “la música siempre estará en un primer plano para mí sea o no una fuente de ingresos, al empezar desde tan pequeño, forma ya parte de mi día a día”. 

Refiriéndose al tema tratado en este blog, el joven guitarrista admite que para él sería un honor tocar en el metro de Londres, así como venirse una temporada al de Barcelona: “Me gustaría tocar en cualquier lugar del mundo sobre todo tener el placer de tocar junto a otros músicos con los que compartir y crear música”.

En este momento Edo se encuentra sumergido en algunos proyectos, como el que comparte con Andrea Alcalá Moles, compañera de discográfica, así como más actuaciones junto a Gross Beat, una compañia en manos de jovenes emprendedores de esta localidad.

                                                                                
Carlos Edo se despide citando al filósofo Friedrich Nietzsche: "Sin música la vida sería un error"



Joaquín Jksax: “Callejeros no es una profesión, es una circunstancia”

Joaquín Jsax Gómez Blanco es un músico catalán de 57 años. Su curiosidad por la música despertó cuando por Navidad recibió la Dorremi Guerrini, una melódica con teclas de colores, con la que ya aprendió algunas canciones, y le acabó de cautivar cuando sus padres compraron un tocadiscos donde sonaban discos como Chain of Fools de Aretha Franklin, a la que define como su diosa eterna.

                                                      



Este artista se ha formado a base de educar al oído: “hago que el saxo sea una prolongación de mi cuerpo y lo toco instintivamente, como caminar o respirar”. La primera vez que actuó en el metro fue hace cinco años, en pleno agosto, en el pasillo de la parada de Gracia “a capela y sin bases, fue muy triste y patético, pues pasaba muy poca gente y hacía un calor horrible”.  

Conoció a AMUC a través de la radió, se informó, se presentó al casting y aprobó. Afirma que es una gran escuela, el metro más que la calle, porque es más duro, la gente pasa con prisas y les has de sonar muy bien para que paren, y más para que suelten alguna moneda. 


Joaquín defiende que los músicos no están valorados como se merecen y que “callejeros no es una profesión, es una circunstancia”, es decir, las leyes no les facilitan el acceso a establecimientos ni el formalizar legalmente cualquier relación laboral y se ven obligados a tocar en la calle. 



Aún así, este saxofonista no cambia la música por nada del mundo y se despide con una historia que pone la piel de gallina, Música y libertad: “Siempre que hablo de las experiencias que se viven cuando tocas en el metro, piensas que ya son pocas las que te quedan por pasar. Pero siempre, siempre hay una nueva que te marca y te deja tocado por mucho tiempo. La de hoy no podré olvidarla nunca. Ha sido agridulce, fantástica y triste a la vez. Estaba tocando mis canciones habituales, y un hombre con una chaqueta de pana clara, gorra y gafas oscuras me observaba y escuchaba tímida y atentamente. Ante tanta indiferencia, siempre es agradable que alguien se detenga a escucharte. Si algo nos gusta a los músicos es compartir lo que hacemos, transmitir nuestro sentimiento. Poco a poco, se fue alejando, pero no podía irse, pues a cada tema que empezaba, se detenía a escuchar, manteniéndose a cierta distancia, pues parecía que le sabía mal estar ahí delante de mí sin echar ninguna moneda, parecía sentirse como si estuviera “gorreando” mi música. Por fin, cuando terminé de interpretar con mi saxo la canción “IMAGINE”, se me acercó, avanzó su mano para chocarla con la mía y, emocionado y tembloroso me dijo que no tenía dinero pero que le encantaba mi música, y que si pudiera me compraría un disco, pero que no tenía absolutamente ni un céntimo. Se quitó las gafas y vi que brotaban lágrimas de sus enrojecidos ojos. Casi sin voz, continuó diciéndome que acababa de salir de la cárcel, tras un encierro de diez años, y que no sabía cómo iba a tirar adelante. Me partió el alma y, por supuesto, le di uno de mis discos. No sabía como agradecérmelo y me dijo que no lo olvidaría nunca. Me pidió si podía seguir escuchándome, que se iría un poco más lejos. Yo le rogué que se quedase cerca de mi cuanto quisiera y que para mí era un placer que me escuchase.  Así lo hizo, pero poco a poco, a medida que yo tocaba, se fue alejando, muy despacio, cabizbajo, arrastrando los pies. Adiviné que lloraba, tras sus gafas oscuras. Vi la tristeza y la desesperación. Se giró y alzó su mano para despedirse, y volvió a partirme el alma. Mientras iba a mi casa, la necesidad de escribir sobre ello me asaltaba como un rayo en la tormenta. Adiós amigo. Que tengas suerte. Te deseo lo mejor de corazón."





domingo, 10 de noviembre de 2013

Mariano: “En algún momento sucede eso de sentirse uno dentro de la música, y tener la sensación de que eso es algo cierto y que se puede compartir”

Mariano Olivera es un guitarrista argentino residente en Cardedeu, localidad de Cataluña. Recuerda como hace 30 años se desató su devoción por la música mientras veía a su tio abuelo y un amigo tocar la guitarra. A los 12 años convenció a sus padres para que le comprasen una y poco a poco fue aprendiendo con ayuda de sus amigos; más adelante pasó por dos profesores particulares y, a los 20, realizó un curso en la escuela de música de su ciudad.

Este artista fue conociendo a grandes músicos de los que aprendió mucho y, en especial, nombra a Horacio Avilano, un referente de la guitarra en Argentina.

                                                                 Fotografía cedida por Mariano Olivera

Su primera actuación en Barcelona fue el 2009 en Cardedeu, un concierto benéfico otoñal organizado por la asociación de músicos de esta localidad; ASMUCA. El año siguiente conoció a AMUC, año en el que tocó asiduamente en el metro, sobretodo en la estación de El Clot: “la organización de los músicos del metro, aunque ya no toco ahí, siempre me ha parecido algo admirable y muy bien logrado”

Mariano dedica todos sus esfuerzos a la música; toca, graba, da clases particulares y, en sus ratos libres, aprovecha para improvisar con la guitarra. Escucha muchos estilos diferentes pero destaca el Tango, Folklore y Jazz. Le gusta investigar sobre las canciones tradicionales de cada lugar.

Para este argentino, tocar siempre tiene algo mágico: “A veces cuando uno no está centrado puede ser como un mechero que no enciende... Pero generalmente en algún momento sucede eso de sentirse uno dentro de la música, y tener la sensación de que eso es algo cierto y que se puede compartir. Un momento donde se apaga todo y sólo queda la música flotando en el aire.”

No le importa donde tenga que tocar, pero le gustan mucho los bares y cafés, sitios donde puedes tomar algo mientras disfrutas de la actuación. También suele actuar en el Parc Güell, lugar donde todos los vecinos le dan su apoyo y, aunque existe una ordenanza por la que te pueden multar y quitar el instrumento, Mariano se encuentra a gusto y feliz.



martes, 5 de noviembre de 2013

Jane Jaume: “Soy cantante hasta la médula”

Jane Marie Jaume Nichols es una cantante de 31 años venezolana, pero con padres catalanes.  La música siempre le ha acompañado; su madre le cantaba desde pequeña y ahora se emociona con cada melodía que escucha.  A los cinco años, Jane empezó a estudiar música en un conservatorio de su país natal y, a partir de los dieciocho, decidió seguir formándose por su cuenta.

 
                                                                Fotografia cedida por Jane Jaume


Esta cantante se trasladó a Barcelona en el 2009 y desde entonces toca en el metro de la ciudad. Recuerda la sensación que tuvo la primera vez que actuó en este escenario: “era extraño porque no estaba acostumbrada”, pero el hecho de que la gente se le acercara, y lo siga haciendo, no solo con unas monedas, sino con un “gracias” y un “felicidades” dice que es muy gratificante.  Jane confiesa que a veces se le olvidan las letras e improvisa; esto le hace mucha gracia porque ve las caras de la gente que se sabe  sus canciones mientras ella se inventa trozos enteros.

Descubrió AMUC y a todos los grandes músicos que lo forman gracias a su marido, y está encantada: "AMUC es increíble, significa que existimos y que estamos organizados, allí se escogen horarios para que todos tengamos la oportunidad de tocar y se nos proyecta en cierta forma para que la gente nos conozca mucho más allá de pensarnos como músicos de metro".  Califica Barcelona como el mejor lugar para los músicos de calle y a su asociación como herramienta de selección de los mejores talentos; su casting la hace diferente del resto de asociaciones.

Jane dedica toda su vida profesional a la música, ayuda a las personas que quieren formarse en este ámbito y, de alguna forma, les brinda promoción a través de su nuevo proyecto: “Mi banda por un día”. Cada capítulo se puede seguir por la plataforma youtube: http://www.youtube.com/watch?v=5QFv8sC9-4E


No tiene nada negativo que decir de ningún estilo, le encantan todos en general: “Lo más increíble de la música ha sido el poder compartirla con otras personas que la aman tanto como yo y aprender de ellas y su diversidad”

Eva Ribelles


sábado, 2 de noviembre de 2013

Ser músico no es el único requisito

Los músicos que se encuentran en el metro han de pertenecer al AMUC, pagar una cuota mensual y someterse a una prueba, un casting en el que se evalúan sus habilidades y se les exige una cantidad de repertorio determinada, ofreciendo así una música de calidad a los transeúntes. En el caso de saltarse estos pasos, los músicos pueden ser sancionados con una multa de hasta 6.000 euros.

Todo este proceso de selección y organización surgió a partir de la propuesta lanzada por parte del AMUC y la asociación de artes de la calle de Barcelona en el 2002, en la que mostraba la problemática existente en este sector.  Los diferentes artistas, tanto del metro como de la calle, discutían por el espacio, prolongaban mucho sus actuaciones, obstaculizaban al peatonal, tenían un fuerte impacto sonoro y carecían de calidad.  Así pues se pusieron manos a la obra para garantizar la pluralidad de expresiones artísticas que caracterizan internacionalmente a Barcelona, y no un proceso de amontonamiento según disciplinas artísticas, mejorar el control de toda su problemática y la convivencia ciudadana e integrar a los artistas de calle a la vida cultural de la ciudad de manera formal, procurando la mejor calidad artística en las calles de Barcelona para contribuir al embellecimiento cultural y a la explotación turística de la misma.




Ahora la TMB se encarga de señalar una serie de puntos, cuarenta concretamente, que luego reparte entre los candidatos seleccionados teniendo en cuenta el impacto sonoro  y la aglomeración.  Esta elección se realiza cada 15 días y, como me decía la secretaria de la oficina del metro, pese a la variedad de puntos el  25 es el más demandado; la parada de Verdaguer. Por lo visto allí la gente es muy generosa y disponen de un amplio espacio para tocar.

Una vez conocido el proceso que debe seguir el artista, estamos preparados para saber más acerca de su asociación y a los diferentes asociados, no os perdáis detalle durante las próximas entradas.

Eva Ribelles


domingo, 20 de octubre de 2013

La calle, el mayor escenario del mundo

Puede que muchos de los que leáis este blog estéis acostumbrados a ir chocando con la gente por la calle, a frenar el paso porque una fila de ancianas no os deja pasar, a cruzar en masa los pasos de cebra y a ver cantidad de artistas día tras día pidiendo un minuto de tiempo para ser vistos y escuchados, pero yo vengo de un lugar donde tienes suerte si un domingo te encuentras a cinco personas  cuando sales de casa; por ello he decidido dedicarles un espacio a los que , sin darnos cuenta, hacen nuestro paseo algo más ameno.  No hablo del típico que lleva un altavoz y toca la armónica al ritmo, hablo de esos músicos y pintores con los que pasarías horas y no te cansarías.

Barcelona es la ciudad del talento por excelencia, un talento muchas veces no reconocido por no tener recursos, ya que, aunque duela reconocerlo, hoy en día sólo triunfa el que tiene dinero, contactos y mucha suerte.  Pero como me decían de pequeña “la suerte es para quién la busca” yo voy a buscar a todos estos artistas y darles un espacio para ser conocidos, espero que se sientan valorados y compartan conmigo y con todos vosotros su talento.

Me gustaría que este blog sirviera para que la gente sea consciente de lo que es pasar horas esperando a que alguien te preste un poco de atención y así, la próxima vez que salgamos a la calle nos dejemos contagiar de sus emociones convertidas en arte.





Eva Ribelles