miércoles, 18 de diciembre de 2013

Agustín Salvatierra: “Algún día El Observador y Agustín serán uno solo”

Agustín es un músico procedente del sur del continente Americano, concretamente de Buenos Aires.  Su interés por la música se despertó algo más tarde que el de los músicos con los que habíamos hablado, a los 32 años, siguiendo a referentes como Alejandro Megias, Manuel Megias, Ruben H., Fernando Doy, Hugo Sales y Stanis Vojthejokvsky entre otros.  Es autodidacta absolutamente, poco a poco ha ido puliendo diferentes aspectos hasta conseguir la buena música que le caracteriza y que se puede escuchar en su web: http://grooveshark.com/#!/album/Ocaso+Nacimiento+Desarrollo/8390591




Al llegar a Barcelona conoció a la asociación de músicos AMUC, que define como la experiencia viva más interesante que ha visto en su vida: “Con sus luces y sus sombras, expresada a través de las luces y las sombras de los seres humanos que la componen ha tenido la capacidad de crear valor en sus diferentes etapas para que se siga desarrollando la actividad de hacer música en el metro y a partir de ello otras actividades como el Ciclo por los Centros Cívicos”.  No olvida los rituales previos a los conciertos con la Banda Mutante, en los que los protagonistas eran las cosquillas y las bromas entre los músicos. 

Agustín a creado un personaje, un personaje que es él mismo visto desde fuera; El Observador 73. Esto le permite conocerse mejor, tener una mirada más creativa de la realidad que busca escindirse de la normalidad aburrida y cobarde que nos limita; “algún día El Observador y Agustín serán uno solo”. Su sueño se encuentra el en proceso, el proceso es hacerlo y transitarlo es el sueño. 

Este músico escribe sus canciones plasmando las emociones de la vida cotidiana, normalmente angustiantes, que no podría encontrar otra forma de expresarlas si no fuera una canción; a partir de ahí surge la armonía y la letra.  
Para acabar, Agustín nos regala un fragmento escrito por él mismo, o mejor,  por el Observador 73; “Por el túnel del metro”: 
Por el túnel del metro yo veo la vida pasar cómo un juego del tiempo, gente que viene y que va. Postal humana del ser que entre las crisis de hoy se dispone a existir, pasa Caín, pasa Juan, que hoy decidió a apostar negro y rojo en el amor. El chino y su guitarra persiguen quimeras. El chelo de Oleg que perdió la razón en un campo helado allá en la gran Siberia, loco. Y ahí vas vos, quién sos que esperas. Lo vas a intentar o vas a hacer lo que te dicen que hay que ser y parecer. En la parada 16, en el Clot en Verdaguer, te alientan y te desaíran, un escenario total, público artista, todos al mismo nivel. En Plaza Sants, en el puesto 10, en el Passeig en Poble sec tintinean gruesas monedas. Quién quiera oír, ahí está. Y en los pasillos, acordes de todo el mundo, Nahuel hace un cante de inconclusas razas. Mi amigo el rumano me enseña la del clan, otra forma de estudiar. Hoy hace frio, la gente no vive, y yo transito con vos con estas fuertes raíces que me han dado, que me atan, que me llevan junto a vos ¿Quién sos que esperas? Por el túnel del metro yo veo la vida pasar, toda esa gente que va pasa el incrédulo de que hoy no podrá creer en mí, y tal vez mañana cante esta canción.


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